A veces puede resultar muy duro hacer algunas cosas que, inevitablemente, no podemos dejar de hacer. Además parece que como por una rara y desafortunada coincidencia del destino hay ocasiones en que estas tareas vienen todas a la vez, sin avisar y sin pedir permiso y ahí estás tú, viéndolas venir y con la energía para llevarlas a cabo bajo mínimos. Y cuando eso sucede es un mal día, sin duda.
Quizá porque hoy es Lunes, quizá porque estoy cansado de hacer siempre lo mismo sin un ápice de ganas, quizá porque son muchas las veces o quizá por todo un poco, hoy necesito aire fresco. Me gusta pensar que dentro de poco tiempo las cosas serán diferentes, de hecho estoy convencido de ello, pero la verdad es que no tengo ni idea de hacia dónde soplarán los vientos cuando eso suceda, ni de cómo empezar a hacerlo para cambiar el rumbo. Los planes de futuro se hacen con la intención de planificar nuestra vida, pero la verdad es que pocas veces coincide lo que pretendemos hacer con lo que finalmente hacemos, bien por iniciativa propia, bien por giros inesperados de los acontecimientos o porque sencillamente no se puede, pero la verdad es que pocas veces convergen.
Dije hace poco que me apetecía empezar a cambiar algunas cosas y prometí empezar a hacerlo con la ayuda de un buen amigo, quesos y vinos italianos. Hecho está, es un comienzo. Ahora sólo hay que seguir por la ruta marcada, abordar las incómodas tareas que para ello es necesario abordar, y pasar página. A ver si lo solventamos rápido, que la vida es una y corta...
Y tú, ¿has sonreído hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario