En dos meses pueden llegar a pasar muchas cosas, y estos meses que han pasado desde que empezase el año han servido para reestructurar algunas ideas en mi cabeza y tratar de entender bien qué pasa, con mayor o menor éxito según se mire. Hay cosas que veo más claras ahora que nunca, aunque no sé si eso será bueno o malo, pero algo es (o como diría un buen amigo mío: ni lo uno ni lo otro, si no todo lo contrario, que no es poco decir...). Yo creo que ver las cosas claras siempre es buena señal y, aunque a veces cueste verlas, una vez lo consigues no entiendes cómo no has podido verlo antes, ¿nunca os ha pasado? Otras, en cambio, están más confusas de lo que esperaba, pero bueno, tampoco me sorprende en gran medida. Realmente creo que una parte de mí sabía que iba a ser así, sólo que hasta que no pasa piensas que quizá no, que quizá esta vez las cosas sean diferentes, pero al fin y al cabo muchas cosas siempre se repiten, y no iba el destino ahora a hacer una excepción conmigo sólo por mi cara bonita... En fin, dejaremos que pase el tiempo, tal vez en el futuro las cosas sean diferentes, en algún momento han de serlo, ¿no?
A menudo me vienen a la cabeza imágenes y recuerdos cercanos en el tiempo, pero tremendamente lejanos en la distancia, con los que no puedo evitar ponerme ligeramente melancólico e incluso esbozar una ligera sonrisa de felicidad al recordarlos. Cuanto más pienso en ello más me alegro de haber vivido toda esa vorágine de sentimientos y sensaciones, aunque hayan durado relativamente poco tiempo, pero curiosamente, a medida que la alegría aumenta al recordarlo más me lamento de no poder seguir escribiendo esa parte de mi vida en un idioma extranjero, lleno de personas desconocidas y algunas que alguna vez también lo fueron, pero que ya no lo son ni lo volverán a ser nunca más, por suerte...
Dentro de un par de días tengo el inmenso honor de poder compartir todo eso con gente que querrá escuchar esa parte de mi vida, ya que pronto será también parte de la suya. Precisamente ayer hablaba de ello con una amiga y me pidió que resumiera en una frase todo lo que tendría que decirles si sólo pudiera utilizar unas pocas palabras, y mi síntesis, después de pensarlo sólo un segundo, fué algo así como:
"disfruta cada momento, pero sobre todo haz lo que te apetezca hacer en cada instante, hay cosas que sólo pasan una vez en la vida y esta, sin duda, es una de ellas".
Pensándolo ahora fríamente, me doy cuenta de que de un tiempo a esta parte aplico esa filosofía bastante a menudo, y no puedo evitar asociar ideas... Ese "Carpe Diem" que promulgaba Horacio hace ya algunos miles de años parece haber llegado intacto hasta nuestros días, y por lo que veo me lo estoy aplicando (con el mayor de mis respetos hacia a su autor) casi sin darme cuenta, lo que me obliga a pensar que algunas cosas estan cambiando en mí, o al menos mi forma de afrontarlas, y que, joder, cómo me ha alegrado la vida hacerlo en algunos momentos... :)
En fin, espero poder dar a esa gente que quiera escucharlos buenos consejos y que se vayan a su casa con una idea feliz de lo que les espera, porque seguro que lo será; muy mal se tendrían que dar las cosas para que así no fuese. Y en lo que a mí respecta, espero seguir aplicando esa filosofía romana que acabo de tener consciencia de que aplico durante mucho tiempo... De ser así muchas cosas seguirán cambiando irremediablemente y, a los hechos me remito, creo que las consecuencias no serán nada desagradables. Veremos...
Y tú, ¿has sonreído hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario