viernes, 31 de mayo de 2013

Cuatro meses

Hace más de cuatro meses que no escribo nada, y cuatro meses la verdad es que dan para mucho. 

Cuatro meses dan para inventar un pastel que se convierte en un contrato de trabajo sin pretenderlo (aunque no sea el trabajo de tu vida, que ya veremos), dan para encontrar tu propia independencia casi de casualidad mientras te bebes una cerveza charlando con un buen amigo, dan para rodar una película en la que te conviertes casi en actor protagonista sin pretenderlo o para terminar el primer curso de lo que parece que será el resto de tu vida. No está mal, para ser sólo cuatro meses. Y eso que aún quedan por venir los mejores; mi querido verano, que este año viene con independencia, dinero y tartas de queso bajo el brazo, por cierto.

Parece que este 2013 viene fuerte (menos mal que no se acabó el mundo el diciembre pasado, ¿eh?). Sólo te tengo que decir una cosa, querido 2013: aún quedan cosas por hacer. Si has sido capaz de todo eso en sólo cuatro meses, ¿de qué serás capaz en todo el año? 

Venga, no me falles...



Y tú, ¿has sonreído hoy?