Los Lunes no me gustan, es un hecho. Quizá sea porque cuando llegan todavía quedan por delante cinco días de obligaciones y horarios que cumplir, o quizá por todo lo contrario, porque hasta el día de antes disfrutaba de tiempo libre, ocio y amigos durante el fin de semana que es en el fondo lo que todos queremos, o incluso por las dos cosas a la vez, no sé.
La cuestión es que inevitablemente hay que pasar por ellos, y seguramente (como todo en lo que no nos gusta en la vida) la mejor forma de hacerlo sea con buen talante, pensando que sólo son un día más de la semana, un mero trámite que hay que pasar para poder llegar al Viernes por la tarde y poder hacer lo que queramos nuevamente, con todo un fin de semana por delante para nosotros. Después, como norma general, llega en fin de semana y haces lo de siempre con los de casi siempre, que no está mal por otro lado, pero no sé, me gustaría aprovechar un poco más las horas del fin de semana, dilatarlas y hacer cosas diferentes, no caer en la monotonía y rutina típica que los envuelve... Esto último suena bastante utópico, y la verdad es que no sé por dónde empezar, pero desde hoy tengo el firme propósito de conseguirlo.
Comer quesos italianos y maridarlos con unos buenos vinos acordes a sus cualidades me parece una idea perfecta para empezar a conseguirlo, pero precisamente porque tiene que ser en Sábado, no hay manera de ponerse de acuerdo para hacerlo. No tengo intención de esperar más de lo justo y necesario para ello, que por lo pronto no parece que vayan a ser menos de tres semanas, pero bueno, aunque a veces le cueste un poco creo que al final todo lo bueno llega en la vida, y si lo que llega merece la pena aunque se nos haga pesado y los Lunes nos sigan agobiando un poco más de tiempo, bienvenida sea la espera...
Y tú, ¿has sonreído hoy?