Hace aproximadamente un año que empecé a escribir este blog, y desde entonces muchas cosas han cambiado, aunque otras siguen exactamente igual que al principio. Acabamos de empezar un nuevo año, y en estas fechas es inevitable echar la vista atrás y repasar el año que acaba de terminar, aunque no sabría muy bien cómo calificarlo, sinceramente. Ha sido un año de cambios radicales, decisiones drásticas y oportunidades inesperadas, no podría decir que haya empezado el nuevo año con excesivo buen pié, pero abstrayéndome de la situación circunstancial actual creo que debería calificar este año como, al menos, un año especial y quizá como el año más importante de mi vida en algunos aspectos.
Los tres primeros meses no fueron muy diferentes a lo que venía siendo habitual hasta la fecha, pero en Abril (a mí me gusta recordarlo como nuestros Abriles) todo cambió por completo para empezar a convertirse en un año inolvidable. Esos cuatro meses hasta Agosto, cuando todo volvió a cambiar radicalmente, fueron especiales y viví momentos y situaciones que unos meses antes no habría podido siquiera soñar, y lo más importante es que fueron con una persona tremendamente importante en mi vida a la que quiero enormemente. Desde aquel momento aprendí mucho, cambió mi percepción de bastantes cosas y empecé a ver el mundo desde otra perspectiva diferente. Curiosamente en este momento acaba de empezar a sonar mi canción favorita, será casualidad, pero me encanta que empiece a sonar precisamente ahora...
Este año que acaba de terminar también me dejó para el recuerdo personas, situaciones y conocimientos nuevos que seguramente no olvidaré nunca. Sé que a muchas de esas personas quizá no las vuelva a ver más en mi vida pero, a pesar de eso, todos y cada uno de ellos han contribuído a que todo haya sido como es hoy, y me alegro por ello. Justo antes de marcharme conocí una parte de la vida de alguien muy querido por mí que desconocía, y es una de esas cosas que crees que sólo pasan en las películas, pero no en el mundo real, de las que te impactan y te marcan, mucho más viniendo de un buen amigo. Pocos meses después la situación se repitió exactamente de la misma manera con otra persona que se ha convertido en indispensable en mi vida desde que abandonase mi tierra allá por el mes de Agosto, y en ese momento me di cuenta de que las cosas que nos parecen "raras" a priori, quizá no lo sean tanto, que hay muchísima más gente de la que nos creemos que no tiene la suerte de nacer y crecer como se supone que todo el mundo debería hacerlo, y que por ello tengo la obligación de sentirme tremendamente afortunado, así que no puedo más que alegrarme y dar gracias por ello.
Un nuevo año acaba de comenzar, y como siempre todo el mundo se ha cargado de buenas intenciones y proyectos para este nuevo año. Yo no. Soy consciente de que el año que se ha extinguido recientemente va a ser difícilmente superable por el que acaba de ponerse los pañales y que a medida que pase el tiempo cada vez seré más consciente de ello, aunque por supuesto tengo proyectos y deseos para este año que comienza, pero no distan mucho de los habituales de cada año. Los Abriles que tanto he echado de menos este tiempo terminaron en Agosto, aunque no lo supe hasta hace bien poco, pero eso no significa que no los recuerde con la dulzura y felicidad que lo he hecho hasta hoy y sin cambiar un ápice el recuerdo que tengo de ellos; fueron, y siempre serán, maravillosos.
Veremos qué nuevas sorpresas y recuerdos nos trae este año, de momento no han sido excesivamente halagüeñas, pero yo, como siempre, soy optimista y sé que vendrán, y seguro que no tardan demasiado...
Y tú, ¿has sonreído hoy?